Cuando era niña, conocí el Cárcamo de Chapultepec. Fue una novedad, bello y terrible. Los murales me hipnotizaban y era un placer observar el agua y oirla, suave y constante. Es un que me gusta, aunque no visito muy seguido.
No te cuento nada más, para que puedas verlo por tí misma. Te comparto una visita al Cárcamo
Muy linda experiencia
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