jueves, 13 de agosto de 2020

El bardo de Avon

 


Cuando estaba en la universidad tuve la fortuna de estudiar dos años y dos cursos de verano, las obras de Shakespeare. Me cautivaron. Mostraba de manera cerca a los seres humanos, tal y como somos. Mi amado R. me regaló sus obras completas. Era tan pesado el libro, que cuando me esguincé el pulgar izquierdo, no lo podía sostener.

A mi sobrina de 3 o 4 años, le gustaba se lo leyera en voz alta, sobre todo las partes en verso. Le gustaba mucho oirlo, aunque fuera en inglés y no lo entendiera. A veces me pedía que le explicara qué decía, cambaba algunas cosas, no podía darle completo el discurso de Calibán, por ejemplo. Uno de nuestro juegos favoritos era cuando Pir (Shakespeare) le hablaba por teléfono.

Te comparto el monólogo de Yago, de Othello (1995), con Kenneth Branagh. Está en inglés. Esta es una de las interpretaciones que más disfruto.




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