domingo, 1 de noviembre de 2020

Migrar




El tomar la decisión de migrar, de dejar todo atrás, seguramente no es fácil. Y cuando es para escapar de la miseria, de la guerra, del abuso, del hambre, lo es menos.

Este es mi homenaje a los migrantes


Guardar la vida

Metes todo en una mochila, en una bolsa. Guardas solo lo más indispensable: documentos, un poco de ropa. Pero ¿cómo guardar los recuerdos? ¿Cómo decidir qué llevar? Lo peor, es dejar todo. Es importante decidir, pero ¿cómo hacerlo? Dejar todo. ¿Cómo vas a hacerlo? Sí, vives en el infierno, sueñas con algo mejor, con una nueva vida. Para ti, para tu familia, para todos. Para lograrla, metes todo en una pequeña mochila. La llenas de sueños, de esperanzas, de vida. ¿Por qué? Porque aquí no tienes nada, solo incertidumbre. Ya vendiste todo lo que podías vender, no tienes casa, no tienes hogar. Tu gente te anima. Aquí no tienes futuro. ¿Cómo es posible tener menos que nada? Si te vas, al menos tendrás algo. Otros se han ido y se han convertido en leyenda. Regresan con dinero, ayudan a sus familias. Estudian. Trabajan. Mandan fotos. Envían regalos. Se ven sonrientes y felices, prósperos y bien nutridos. Eso quieres. Eso buscas. Revisas que la mochila no sea muy pesada. Te han dicho que la cargarás por semanas. Dicen que te llagará los hombros, que será tu compañía y tu abrigo. Dejas las fotos de la abuela. Dejas la ropa que no es indispensable. Tomas tu acta de nacimiento y otros documentos, los envuelves bien en plástico. Deben estar protegidos, secos y limpios. Sientes una gran presión en el pecho, la angustia te envuelve con una negrura infinita. El lujo de llorar es muy caro. Metes todo en una mochila y te vas. No puedes voltear atrás.

Publicado en originalmente en Litigio Artístico Ecuador . Te dejo la liga.

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