En esa necesidad de volver a tiempos más tranquilos, recuerdo al gran Asimov, uno de mis autores favoritos. Sus relatos de la Saga de la Fundación con su premisa de la psicohistoria y sus leyes de la robótica fuero parte de mi infancia. Y la Dra. Susan Calvin, doctora en robopsicología fue una de mis modelos para ser, estudiar e investigar.
- Un robot no puede dañar a un ser humano ni, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
- Un robot debe cumplir las órdenes de los seres humanos, excepto si dichas órdenes entran en conflicto con la Primera Ley.
- Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que ello no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.
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